martes, 9 de octubre de 2007

Los irmandiños de dos en dos... (el post de los gallegos)

¡Por fin! de vuelta de la tan anunciada Revuelta de los Irmandiños. Un fin de semana en un rincón perdido de Galicia, en un castillo medieval auténtico, defendiéndolo contra las hordas de desharrapados gallegos que luchaban por su libertad, su independencia y blablabla... bah, demasiado Braveheart.

Los no-gallegos, de múltiples procedencias, éramos los "malos", pero molábamos mucho más. Para empezar nos alojábamos en el castillo, con un ambiente medieval impresionante, cenando a la luz de las antorchas (cuando no se quemaban), comiendo con las manos y cantando canciones ofensivas para el enemigo -que eran muchas. Además nosotros éramos los asediados, es decir, no teníamos que patearnos los 4 kilómetros que nos separaban del campamento enemigo (bueno, no por obligación XD), sólo teníamos que esperar a que llegaran echando el bofe para darles una paliza y mandarles de vuelta. Y teníamos uniformes, camaradería militar y unos capitanes que, más o menos fantasmas fardaban mucho con sus corazas; incluso Lell, nuestro master, se llevó la armadura de molar (aunque la voz le hacía perder parte del espectacular efecto) :P

En un inusual arranque de honestidad diré que yo pensaba que luchaba más o menos decentemente, hasta que llegué allí. Algunos de los compañeros eran realmente buenos y me llevé la del pulpo en los primeros entrenamientos. Cómo me alegro de que estuvieran de mi lado...

Por supuesto no todo era ensueño y "glamú", nos tocaba pringar como buenos soldados que éramos. En principio había ido como integrante de la Guardia Personal del Arzobispo (es lo que quedaba cuando me apunté), pero enseguida me pasé a las Tropas de Asalto con los compañeros burgalitas. Nuestros capitanes nos hacían salir de patrulla con el frío y la oscuridad y madrugar para el desayuno (aunque eso no lo conseguían). En realidad frío hizo poco, el proverbial clima norteño nos abandonó y brilló el sol durante buena parte del tiempo. ¡Y no llovió nada!

El segundo día fue testigo de las primeras escaramuzas con el enemigo, y de la clara inferioridad en que se encontraban; pobrecillos, es que éramos 100 y ellos apenas 400, eso es abusar... el ejército nobiliario (nosotros) hizo gala de valor y arrojo en el combate; el primer contacto provocó un escudo irmandiño roto, lo cual les hizo ver con quién se jugaban los cuartos. Les pusimos en fuga y en el siguiente encuentro nuestros capitanes contuvieron casi solitos a todo un batallón en un paso estrecho. Al mediodía estábamos reventados, pero nuestra moral estaba por las nubes :D


Contingente gallego a punto de ser pateado por el Segundo Regimiento

La tarde fue relativamente tranquila, con la mitad del ejército irmandiño voceándonos a las puertas del castillo pero sin decidirse a asaltarlo. Me pasé la tarde corriendo de un lado a otro para transmitir mensajes; es lo que tiene no llevar diez kilos de cota de malla encima, enseguida te nombran correo. Menos mal que llevaba las pseudo-deportivas XD. Como no había mucho que hacer aparte de capturar al ocasional espía que intentaba colarse, acabábamos pegándonos entre nosotros; creo que acumulé un montón de PX en un solo dia, porque para entonces luchaba mucho mejor...

Anécdotas a destacar del segundo día:

-El Cuadrilátero del Trueno: cuando capturábamos enemigos les hacíamos entrar en un pequeño redil (jeje) al grito de "¡¡dos hombres entran, uno sale!!" y pelear entre ellos. Y si no había dos, pues contra cualquiera que hubera a mano, que todo el mundo estaba deseando.

-La apuesta de Furgo: en uno de los duelos nuestro gran (en todos los sentidos) Furgo apostó por uno de los prisioneros, de la siguiente manera:
Capitán Alvar? (no me quedé con los nombres): Apuesto por el cojo.
Furgo: Yo apuesto por... el que tiene la espalda marcada (saca su espada y le da un tajo)
Lell (bailándole la risa): Furgo, tío... te lo has cargado
Todos: -_-UUUUUU
XDDDDDD

-La entrevista: unos "simpáticos" periodistas de la televisión gallega subieron a hacernos una entrevista, a buena parte de la cual nuestro sargento Alex tuvo el dudoso honor de responder
Entrevistadora: Estamos en el castillo de Monterrey, donde el ejército del Arzobispo Fonseca se ha replegado ante los embates del avance irmandiño (La peña alrededor pone cara de "no comment" o les baila la risa). Tú eres uno de los oficiales, ¿no es así?
Elro (con cara de "no comment"): Err sí, soy comandante del Segundo Regimiento.
Entrevistadora: Parece ser que os habéis tenido que refugiar en el castillo...
Elro: Bueno, esto es un asedio ¿no? Son ellos los que tienen que currárselo y venir a atacar (la peña se parte el eje por lo bajini).

LEGAL DISCLAIMER: todos los diálogos son reinterpretaciones aproximadas de los hechos, ya que tengo la memoria de un pez y estaba muy ocupado aguantándome la risa para acordarme de todo. No hay teléfono de aludidos pero podéis dejar un post quejándoos de lo apócrifo de la historia (pa lo que me va a importar...)

Por la noche, durante la cena nos llegó la noticia de que un par de osados comandos habían capturado banderas irmandiñas, que ahora ondeaban en nuestros balcones como glorioso botín, y el comandante Mendoza organizó un torneo para celebrarlo. Aunque algunos no llegamos a verlo (musiquilla dramática): el comando astur había planeado una incursión al campamento gallego para golpear el corazón del enemigo y rescatar al Arzobispo Fonseca (¿no dije que estaba secuestrado? Pues sí, lo estaba XD), a la que nos apuntamos unos cuantos de los otros regimientos. Como dijo Borja, capitán de nuestro regimiento: "estoy reventado, pero hay que ir".Así, un grupo de valientes se adentró en la oscuridad en busca del campamento, que no sabíamos muy bien dónde estaba y milagrosamente encontramos. Tras interrogar a un par de prisioneros y eliminar a otros tantos (¿no han aprendido a ir al servicio en grupos?) averiguamos la localización exacta, e infiltramos a seis de los nuestros como campesinos. Gracias a un mercenario que pasaba por allí negociamos la liberación de Fonseca a cambio de una pasta gansa, e incluso ofrecía varias botellas de licor café. Claro que como sospechábamos que allí del arzobispo no quedaba ni el bonete, mandamos la negociación a hacer puñetas y atacamos el campamento. Doce soldados de asalto contra todo el contingente gallego, una lucha épica y memorable. A pesar de la valiente defensa castellana los nuestros iban cayendo poco a poco, pero entonces apareció entre las filas enemigas un sargento astur (desde entonces el sargento ninja XD) anunciando que Lanzós, el líder irmandiño, había sido asesinado... Así que nos retiramos de nuevo al castillo, pateándonos los 4 km y con gran mosqueo por parte del enemigo XDD.

Al regreso al campamento hubo recibimiento de héroes, experiencia militar (o sea, puntos de vida), recompensas y honores a mansalva e historias alrededor del fuego. Hasta el día siguiente...

La mañana del domingo se alzó brillante sobre las almenas. Las tropas formaban frente a la balconada donde los comandantes daban su última arena andes de partir a la última batalla: el ejército irmandiño había sido descabezado, y era el momento de poner fin a aquella rebelión (imagináoslo con voz de Darth Vader XD). Así, en la mañana del domingo, en las laderas del castillo de Monterrey el ejército nobiliario se enfrentó en campo abierto a las huestes irmandiñas.



El ejército gallego fue recibido con el cántico de "¿Dónde está vuestro líder? Matarilerilerile" y otros grandes éxitos del CD Irmandiños 2007 (ya en sus tiendas) XD. Para más inri, Judas (AKA McGyver) se había currado unas catapultas la noche anterior y ahora se alzaban en nuestra retaguardia inspirando temor y canguelo. Pero nada inspiraba tanto temor como el terrible Onofre (Furgo de nuevo, después de que madrugaran a su primer personaje el primer día), que con su maza a -por lo menos- tres manos hacía retroceder al enemigo de una forma que haría palidecer de envidia al mismísimo Sauron. Los capitanes dieron sus últimas consignas, nuestro sacerdote (impagable él ¡gracias, Tranko!) nos dio la bendición y nos lanzamos al combate.



Las fuerzas chocaron con furia... bueno, toda la que nos permitía el reglamento y los masters, que no nos quitaban ojo de encima XD. Soldados murieron, soldados vivieron. Defendimos con valor cada palmo de terreno y no dimos ni pedimos cuartel. Caí en combate; pero nunca me he muerto tan a gusto, heroicamente, con honor y luchando junto a mis compañeros. El capitán Alex y yo aguantamos casi media hora con nuestro último punto de vida, peleando hombro con hombro y rehaciendo en muchas ocasiones la línea del frente que amenazaba con desmoronarse. Di la vida por mi capitán (pa que digas XD) y me reuní con mis compañeros burgalitas y astures para contemplar la lucha desde el particular Valhalla reservado a los caídos en la liza, donde ya daba igual bando o condición y todos nos reíamos mucho. Por fin los supervivientes nobiliarios rodearon a los maltrechos gallegos, que negándose a ser apresados fueron completamente aniquilados. Loor y gloria para los vencedores, que sus nombres permanezcan en nuestra memoria por largos años venideros.

Igual algún día pongo más fotos y eso, pero ahora ya me da mucha pereza y llevo dos días con el puñetero post; hala, ya tenéis actualización (¿no queríais arroz...?) ;P

jueves, 4 de octubre de 2007

Burgos, frikis y rol en vivo

Con la revuelta de los gallegos a la vuelta de la esquina (explicación en un post futuro) había que prepararse debidamente para la batalla, así que el último fin de semana decidí dedicarlo a hacer los preparativos (casco, espada de gomaespuma, etc.)

Aprovechando la hospitalidad de Dune (mi padawan) me desplacé a la ciudad del Cid, donde contábamos con rapiñar el taller de los frikis burgalitas. Fuimos a secuestrarles a la Enredada, la ciber-reunión local, pero al final acabamos colándos "por la face" y nos pasamos la tarde rateando internet, Wii, bocatas y bebercio. En teoría los visitantes podían estar sólo una hora, pero gracias a nuestros contactos se produjeron jocosas escenas como:

(Voz de megafonía): Sr. Hugo, se ha acabado su tiempo -segundo aviso-.
(Yo, repantigado en la silla y sin amago de moverme): Anda, id a decirles a esos que dejen de dar la murga...

Al final se rindieron a la evidencia y hasta vinieron a traernos nuestros carnés, que habíamos tenido que dejar a la entrada. Claro está que al final de cascos y espadas poco, pero la tarde fue igualmente divertida. Incluso presenciamos el récord de velocidad en comerse cinco bizcochos (de esos más secos que la mojama): ¡14 segundos!

A diferencia de la mayoría, al final acabamos yendonos por ahi y por fin conocí el legendario Apu (jerga local para los kebabs XD) con un enchufe en el techo. Tuvimos cena con espectáculo incluido gracias a una niña bakala psicópata que intentó agredir al pobre"Apu" porque su kebab tenía cebolla o algo así, visita de la poli incluída (que parecían un poco molestos porque les incordiasen a esas horas). Sólo nos faltaron las palomitas...

Conclusión del fin de semana: vuelvo a casa sin espada y con un trozo de chapa que algún día debería convertir en casco, la pondré junto al arco que también está a medio hacer. Tantas cosas por hacer y tan poco tiempo...