Guerra y Paz

Son las 3:34 AM (diga lo que diga el reloj del blog, que está como una regadera). Debería estar durmiendo el sueño de los justos, y dirigir mi barco onírico rumbo al sol naciente.
No lo estoy.

No estoy durmiendo principalmente porque me he quedado hasta las tantas viendo La sangre de los templarios, y luego otro rato acabando un proyecto de 3DStudio. No soy "workoholic", simplemente me gusta.

Pero en estas noches en que los grillos se acuestan antes que yo mi mente tiende a convertirse en un avispero. Mi memoria funciona mejor que durante el resto del día y todo vuelve de golpe. Especialmente esas cosas que ocurren de vez en cuando y han ido convirtiendo mi antaño diplomática lengua en un contenedor de ácido que acojonaría a una Reina Alien. Por desgracia no son horas para gritar (nunca lo son).

Conflicto tras conflicto. En todas partes se puede encontrar guerra sin necesidad de buscarla. Ser la voz de la razón no cuenta, "si vis pax para bellum"; "si vis bellum..." ni te cuento. Y si te quedas demasiado tiempo mediando y tratando de evitar el estallido acabas encontrándote entre dos fuegos. Y no me canso de ser la maldita ONU entre partes enfrentadas. Seré imbécil.

Odio lo políticamente correcto. Primero, porque es una forma de evitar enfrentamientos cobardemente, hablando sin decir nada para no poder ser acusado; tirar la piedra y esconder la mano. Segundo, porque es mentira; la honestidad nunca es políticamente correcta (y a veces lleva a conflictos), pero evita mantener un status quo incómodo y tirante. Tercero, porque es ofensivo. Si no quieres problemas no te metas en ellos. Si te has metido, navega recto. No evites la tempestad, atraviésala con rumbo firme y al otro lado encontrarás un nuevo sol, el mar en calma y las cubiertas limpias. ¡TORMENTA! Enfréntala, o tronará tras de ti el resto de tu vida.

A veces tiene que haber una bofetada antes de un apretón de manos, una lágrima antes de un beso, la verdad antes de un "lo siento". Pero seguimos huyendo de la tormenta. Acatemos la ley, evitemos el problema... que crezca en la sombra alimentándose de temor y sospecha. Hasta que sea demasiado fuerte y escape a nuestro control.

Odio la hostilidad del silencio. Ese silencio pesado, cruel, que dice más que un millar de reproches.

Estoy hastiado de guerra. Necesito paz; pero tal vez mi paz esté al otro lado de la tormenta, esa que se rodea, se evita, o incluso hace que dejemos nuestro barco en tierra.

Tengo una buena nave. Navego sin tripulación. Necesito una ducha. Pongo rumbo a la tempestad, donde las nubes truenan. Los relámpagos son mejores guías que cualquier brújula.

En momentos como éste, me alegro de ser un pirata.

Antes de ser uno con la Fuerza...

Sucumbo a otra de las plagas de los blogs: las listas de cosas por hacer (ya sucumbí a la de hacerme un blog, así que tanto da...)

Hay bastante tiempo en la vida, relativamente (cagüen Einstein) para hacer muchas cosas diferentes. Sin embargo hay algunas que, ya sea por pura curiosidad, frikismo inherente, necesidad vital o simple cabezonería, tengo que llegar a hacer -o lograr- en algún momento tarde o temprano. Cosas que tengo a medio acabar, que aún no me he animado a hacer (o me daba pereza) o que suenan divertidas pero aún no se me ha presentado la ocasión.

Esta lista existía ya desde hace tiempo, por lo menos mentalmente, así que incluye cosas que ya he logrado pero eran importantes de conseguir. Otras, estoy en ello. Las demás... sólo los dioses lo saben.

TAREAS PENDIENTES

-Dejarme el pelo largo (¡11 años y me mantengo!).
-Visitar Escocia.
-Conseguir una gabardina de cuerpo entero (desde antes de la moda Matrix).
-Escribir un libro; preferiblemente que sea un éxito, me haga increiblemente rico y se convierta en un referente clásico de la ficción.
-Librarme de las gafas (de momento me apaño con lentillas, pero no es permanente).
-Clark Kent: demostrar que soy más fuerte que alguien que ocupa el doble que yo (de hecho, ocupaba el triple XD).
-Mimetismo: ser capaz de pasar por uno más en cualquier ambiente (pijo, punk, gótico, rapero...)
-Inventar un juego (de tablero, de ordenador... lo que sea), y conseguir que juegue a él mucha gente.
-Rodar un corto decente (los del "Gentleman" no cuentan como decentes).
-Construir un sable laser.
-Que alguien me llame "su ángel de la guarda".
-Subir a un avión de combate. Hubiera preferido pilotarlo, pero soy cegato :(
-Conseguir ropa medieval (y usarla como ropa de calle).
-La paradoja friki: ligar (improbable, pero factible y "factado").
-Salir en una película. Aunque sea de extra.
-Forjar mi propia espada.
-Acabar la memoria del Master.
-Demostrar que soy más friki que mi profesor de infografía (que nos decía a diario "no sois lo bastante frikis"... ¡JA!)
-Entrenar a una nueva generación de frikis. Y lo bien que me están saliendo...
-Demostrar que tengo poderes.
-Ser reconocido como divinidad. No es que me lo hubiera propuesto, pero es un logro a señalar :P
-Cambio instantáneo: cambiar completamente de estilo (o transformar un atuendo normal en un disfraz) de forma inmediata y con pocos recursos (p.ej. en un bar, en la calle...)
-Dar la nota en un duelo a espada... y ganar (rev de Juego de Tronos; fue con espadas de gomaespuma, pero tenía el tobillo jodido así que tiene el mismo mérito).
-Hacer un disfraz decente de elfo.
-Tener un ejército de clones (no lo sabía, pero lo tengo).
-Acabar la adaptación teatral de Mort.
-Que un desconocido me reconozca por la calle, estilo "¿tú no eres...?" Y sea yo, claro.
-Salvar el mundo (paso de conquistarlo, ya hay un huevo de gente en ello).
-Reclamar mi habitación; mi hermano no está, pero su presencia permanece en forma de trastos.

Pongo en un aparte cosas que quiero aprender, que son muchas:

-Diseño en 3D
-Programación web
-Escultura para atrezzo
-Interpretación
-Costura y/o patronaje
-Mecanografía
-Japonés fluido
-Francés idem
-Alemán idem
-Recuperar el árabe (leido)
-Esgrima decente
-Piruetas, acrobacias y demás; todo un reto para mi exigua coordinación
-Recuperar mi ambidestreza. En párvulos escribía con las 2 manos, pero me lo estropearon :(((


Seguro que añado más, pero la vida no sería los mismo sin esos pequeños desafíos...