sábado, 23 de mayo de 2009

Climatología, destino, o simplemente suerte

Esta noche salí de casa a las 00:20 para ir al cine a la llamada sesión golfa. De negro, con deportivas y mi camiseta de Superman (informal a la par que elegante). Hacía un tiempo perfecto para ir sin nada más, como una noche veraniega. Cuando terminó la película, cerca de las 3:00, había refrescado considerablemente y caía una lluvia que hacía incómodo estar en la calle. Qué lata.
Curiosamente, por alguna razón llevaba también una camisa de manga corta y mi "petrolero" de cuero del brazo. Posiblemente soy la única persona que volvió a casa a aquella hora cómodamente y completamente seca. Ironías de la vida.

Ni se me había ocurrido que pudiera llover. Es lo que ocurre con la intuición: si la seguimos no tenemos ninguna seguridad de que sea correcta. No obstante, a veces la seguimos... y funciona. Los temporales en el Acheron me han enseñado que "por si acaso" es una gran frase.

Cómo me alegro de ser pirata.

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